domingo, 10 de agosto de 2014

DISCURSO DEL ALCALDE AYUNTAMIENTO DE NERVA (Día de la Villa 7 de Agosto de 2014)


  • Compañeras y compañeros de Corporación, Laura Blázquez Alcaldesa del Ayuntamiento de Navalagamella (Madrid), D. Antonio León Ruiz, D. José Luis Pastor (Director del Conservatorio Elemental de Música), Familiares de D. Modesto Roldán, D. Javier Domínguez Olivera, Sr. Juez de Paz, Representantes de las distintas asociaciones y colectivos nervenses, vecinas y vecinos, amigos todos. Bienvenidas, bienvenidos al Acto de exaltación de la Villa de Nerva-2014 Como cada 7 de agosto, Nerva se engalana para conmemorar su emancipación como municipio independiente. Este día es y debe ser, por antonomasia, la conmemoración más satisfactoria, solemne y apasionante para cualquier ciudadano/a nervense. Hoy rememoramos la huella histórica más relevante de nuestro municipio, en la cual ensalzamos nuestra idiosincrasia y rendimos merecido homenaje a personas y colectivos que con su trabajo y esfuerzo engrandecen el nombre de nuestro pueblo. Desde aquel 1885 y durante estos 129 años hemos ido forjando nuestras señas de identidad, nuestra forma de ser, nuestra manera de ver el mundo hasta conformar lo que se conoce hoy como Nerva. 129 años de continuo aprendizaje, de superación por los incesantes vaivenes que la historia nos ha ido deparando, fraguando ese arraigo tan particular que todos tenemos a esta tierra, tan añorada, dicho sea de paso, por todos aquéllos y aquéllas que tuvieron algún día que emigrar para buscar un futuro mejor por otros lugares no sólo de nuestra geografía nacional sino, incluso, fuera de ella. Hemos pasado momentos convulsos, extraordinariamente complejos y difíciles, pero hoy quiero quedarme con los rasgos positivos que a lo largo de la historia han hecho que crezcamos como sociedad, como pueblo, configurando una personalidad del nervense que le ha permitido superar los episodios más duros, ese afán de lucha por vencer las adversidades, ese espíritu reivindicativo que le ha servido para conseguir aquello que ha considerado justo para su tierra. Hoy no quiero enviar un mensaje pesimista, quiero huir de preceptos desalentadores que contaminen, aún más, este largo letargo que está impidiendo que florezca ese espíritu esperanzador que necesitamos. Nuestra historia nos enseña y nos recuerda que siempre fuimos capaces de vencer las dificultades, que siempre tuvimos la valentía suficiente para afrontar las peores situaciones desde la responsabilidad y el compromiso social. Permítanme que hoy esté convencido que el destino puede empezar a cambiar, que el optimismo quiere volver a instalarse entre nosotros. Parece que los vientos empiezan a soplar con vocación de esperanza, revitalizando ilusiones y generando un clima de confianza en el futuro más inmediato. El reinicio de la actividad minera comienza a ser una realidad. El trabajo incansable, arduo y a veces desesperante desde los diferentes estamentos políticos, sindicales, empresariales y vecinales de nuestra comarca debe ir dando sus frutos más próximos. Ese compromiso social al que antes aludía vuelve a tomar protagonismo en nuestra historia y vuelve a ponernos en el sendero adecuado. La puesta en valor de nuestros recursos endógenos, el reflorecimiento de la minería debe devolvernos a la senda de la recuperación, a intentar recobrar las cotas de progreso del pasado. Debe convertirse, irremediablemente, en el motor socioeconómico que sea capaz de poner freno a unos valores de desempleo que están siendo insostenibles para muchas familias de nuestro entorno. No puede haber marcha atrás. Así esperamos que sea, así debe ser, porque nos corresponde por historia y por derecho propio. Tenemos por delante un nuevo momento histórico para volver a intentarlo, para revitalizar una zona desde una visión más amplia, con un horizonte más extenso. Tenemos que configurar una nueva realidad económica donde la minería sea, ni más ni menos, el prisma que garantice la reflexión, la refracción y la descomposición de la luz clara y transparente que ilumina desde siempre esta tierra. No podemos caer, de nuevo, en el error de enarbolar la bandera de la cultura del monocultivo minero y que ésta sea quien escriba, en solitario, las próximas páginas de nuestro discurrir socioeconómico. Aprovechemos para apuntalar los incipientes sectores productivos de los que disponemos (me refiero al turismo y a la agricultura) potenciemos y diversifiquemos nuestro tejido empresarial para garantizarnos una estabilidad laboral en los momentos en los que la actividad minera no sea posible. Esa es la tarea y a ella nos debemos. Mientras tanto tenemos que ser solidarios con aquéllos que peor lo están pasando. Todo nuestro esfuerzo debe estar dirigido a auxiliar y corregir aquellas situaciones de desigualdad entre los sectores poblacionales más desfavorecidos, intentando garantizar que tengan cubiertas sus necesidades básicas. Ese es nuestro empeño y a ello le dedicamos todo el esfuerzo que requiere. La solidaridad siempre ha sido una de nuestras más sólidas señas de identidad. Muchas son las ocasiones en que los nervenses hemos demostrado la capacidad de ser sensibles a los problemas de los más necesitados, siempre hemos mostrado esa cara de cobijo y abrigo con el prójimo más cercano. Y de nuevo, en estos complejos momentos, estamos a la altura que la situación requiere, volcando nuestros esfuerzos por hacer más llevaderas las circunstancias de grave desigualdad social que sufren muchos de los nuestros. Gracias a todos los que están haciendo posible, que una vez más, nos sintamos orgullosos de ser de Nerva. Hoy homenajeamos a las personas y colectivos que han tenido una importante relevancia en nuestra sociedad, a los que día a día son un espejo donde mirarnos, a los que engrandecen una tierra ávida de seguir rebautizándose constantemente como ‘Tierra de Artistas’. Hoy la pintura, la música, la educación, el teatro, las artes plásticas... son las protagonistas que engrandecen, una vez más, nuestra cultura como paradigma de la idiosincrasia de Nerva. La cultura con mayúsculas, esa que vertebra nuestras lindes y sobre la que gira nuestra forma de ser y sentir. Hoy rendimos merecido homenaje a Antonio León Ruiz, a Javier Domínguez Olivera, al Conservatorio Elemental de Música Manuel Rojas y a Modesto Roldán, éste a título póstumo. Al Conservatorio Elemental de Música hoy se le hace justicia de verdad, hoy este pueblo aprueba una de sus asignaturas pendientes y además debe aprobarla con matrícula de honor. No podía pasar más tiempo dejando una partitura incompleta, faltando esa nota que culmine un extraordinario concierto. Es todo un lujo que nuestras hijas/os tengan un espacio público (digo bien, público) donde desarrollar educativamente una de las actividades artísticas que más identifican a nuestra tierra, la música. Pero para que eso pueda ser una realidad hace falta que alguien armonice los diferentes instrumentos que hagan posible una perfecta composición. Y esa batuta tiene nombre y apellidos. Quiero agradecer públicamente a la Comunidad Educativa de nuestro conservatorio y en su nombre a su Director José Luis Pastor (Pío para nosotros) por la extraordinaria labor que viene desarrollando en aras de transmitir los valores musicales entre nuestros hijos/as. Nerva no se entendería sin un Conservatorio de categoría, de primer nivel y vosotros (profesores/as, alumnos/as, padres/madres y personal de administración y servicio) estáis poniendo el sello de calidad garantizado al preámbulo educativo de nuestros futuros músicos. Como dice un cantautor argentino: “La música es una cosa amplia, sin límites, sin fronteras, sin banderas”. Gracias por creer en la música como elemento socializador, gracias por creer en la educación pública. Enhorabuena por tan merecido homenaje.
    A Antonio León no sabría cómo definirlo. Antonio León pintor, Antonio León maestro o Antonio León amigo. Me vais a permitir que en esta ocasión rompa el protocolo y hable desde el ámbito personal.
    Como pintor sólo puedo decir, no me atrevería a más, que siempre me ha gustado lo que ha hecho, que me “embobaba” cuando me explicaba sus obras y que cada vez que acudí a él para que colaborara con su aportación artística en alguno de los líos en los que yo andaba metido siempre me decía; “lo que haga falta, padre” Como maestro he compartido con él los muchos avatares de una de las mejores profesiones a las que puede dedicarse un ser humano. En la escuela hemos hecho muchas cosas juntos, pero sobre todo hemos intentado transmitir aquellos valores que después serían útiles para la vida de nuestras alumnas/os. En esto, Antonio León siempre fue un referente, un maestro de maestros. Muchas son las anécdotas que hoy podría contar aquí, pero me quedo con lo importante. Cada vez que he necesitado, que lo hemos necesitado, siempre ha estado ahí con los brazos abiertos, dándolo todo. Más de alguna vez pulsé su opinión, más de una vez me ayudaron sus consejos. Por eso prefiero hoy decirte Antonio León, amigo. Nerva salda hoy una de sus deudas con un gran artista, pero sobre todo con un gran hombre, con una gran persona. Enhorabuena compañero.
    Hablar de pintura en una tierra como ésta es como perderse en el infinito del horizonte y si en sus extensiones tocamos el espacio del surrealismo, sin lugar a dudas Modesto Roldán sería uno de sus más extraordinarios exponentes. Siempre fue dinámico, emprendedor y un revulsivo ante las injusticias de la vida como llegó a manifestar en muchas de sus etapas. Ese espíritu reivindicativo que tanto nos caracteriza le hizo participar en el famoso Mayo francés del 68 y que tanto influyó en su posterior forma de ver la vida. Ha paseado el nombre de su tierra allá por donde ha ido, llevando a gala el honor de ser nervense, de ser andaluz. Como él decía: “Siempre somos el resultado del tejido social que un día nos modeló” Como en muchas ocasiones en la vida quizás hayamos llegado tarde a este merecido reconocimiento. Hoy Nerva rinde homenaje a uno de sus artistas más importantes de los últimos tiempos. Sus últimos años los vivió en la localidad madrileña de Navalagamella con quien a partir de estos momentos, compañera alcaldesa, estrechamos nuestros lazos como municipio hermano que compartimos la memoria de un nervense de pro. Igualmente gracias Pilar Hiruela por tu compromiso con Modesto Roldán. Mis sinceras felicitaciones a su familia y amigos. Enhorabuena.
    A Javier Domínguez tuve la suerte, la gran suerte de conocerlo siendo un niño. Hace ya algo más de 20 años y en mi periplo como maestro por la provincia de Huelva compartimos tareas de enseñanza-aprendizaje en el C.P. La Rábida de El Campillo. Corrían los primeros años de la década de los 90 del siglo pasado. Ya por aquellos entonces destacaba por sus dotes artísticas y por su manifiesta inquietud por las habilidades plásticas. Ahora aquí, en nuestro pueblo, se ha abierto un hueco en el corazón de muchos nervenses. Su compromiso, su total disposición, su creatividad, sus dotes organizativas, su versatilidad y sobre todo, su humanidad, nos ha encandilado a todos. Jóvenes como tú, Javier, hacen falta en esta sociedad deshumanizada donde los valores materiales priman por encima de rasgos tan necesarios y básicos como el compañerismo, la amistad y el cariño que pones en cada tarea que te encomiendas.
    Quiero darte hoy, en nombre de todos los nervenses, la bienvenida a éste tu pueblo. Te has ganado por derecho propio el cariño de todos, como lo demuestra tu elección por votación popular. Gracias Javier, por lo que compartimos hace 20 años y por lo que nos estás enseñando hoy. Felicidades por este merecido galardón. Gracias a todos. Hoy no hemos hecho más que formalizar algo que ya eráis. Todos, Antonio, Javier, Modesto y nuestro Conservatorio siempre habéis sido una de las ‘Torres’ que han servido de vigía a nuestra cultura, una de las ‘Torres’ cuyos relojes marcan las horas de nuestro intenso devenir artístico. Gracias por hacernos crecer como pueblo. Hoy es uno de esos días que un alcalde se siente orgulloso de sus gentes. Gracias, muchas gracias. Y gracias también a los grupos políticos representados en nuestro consistorio porque la designación de estos galardones se hace desde el consenso y la unanimidad que requieren estas distinciones. Hemos sido capaces, compañeras y compañeros, de aunar nuestras voluntades a través del Reglamento de Honores y Distinciones aprobado en esta legislatura.
    Es necesario que resaltemos hoy aquí que todos los galardonados tienen el reconocimiento, el cariño y la admiración de todos y cada uno de los que conformamos la Corporación Municipal. Gracias compañeras y compañeros,
    “Que no quiero yo esa luna, que no, que yo no la quiero. Ni la campesina luna ni la de los marineros.
    Que quiero mi luna guapa, huésped del hotel del viento, oliente a clavel de soles por los balcones del cielo.
    Mi luna, erguida en la honda cantera azul del silencio, escapada de los hornos por las chimeneas de fuego.
    Luna grana de la mina, robadora de veneros y amante de un río que tiende su hábito de nazareno.
    ¡Yo quiero mi luna guapa, la luna de los mineros!”
    He querido terminar con este poema de José María Morón de su libro Minero de Estrellas, como preludio de ese futuro esperanzador que todos deseamos para nuestra tierra. Mi agradecimiento a todos y mi bienvenida a todas y a todos los que durante estos días nos visitan y vuelven con nosotros a compartir estas fiestas con familiares y amigos.
  • Viva Nerva. Muchas gracias.